Décima Víctima

La frontera perdida

Al enterarme de su destino
No recuerdo haber llorado
Aceptó la soledad sonriendo
Sin dar la sombra de un reproche.

Me imagino que veo su cara
Al volverse y dar la espalda
A su modo entiendo la locura
Y oigo su risa que ahoga el viento.

En memoria de José Brena